
¿Qué
tipo de historias tocan el alma del niño y cómo son moldeadas por ellos?
A diferencia de nosotros los adultos, los niños
en sus primeros siete años no distinguen entre un mundo vivo y uno sin vida. El
niño está sediento de descripciones de la naturaleza en las que ella se muestra
con vida. Para el niño, una estrella, el sol, una piedra, una planta son
capaces de sentir de la misma manera que un niño o un adulto. El sol se pone
porque está cansado. Todo está vinculado uno con el otro y capaz de conversar
entre sí. El niño no diferencia entre su medio ambiente y él mismo. Él es uno
con el todo.
Cuando el niño llega a la escuela y ha comenzado
a cambiar de dientes, las circunstancias cambian.
El niño en su segundo septenio de vida vive en imágenes y tiene un gran anhelo
por ellas. Ahora quieren aprender, pero el aprender nutre al alma solo cuando
el adulto consigue traer al niño el mundo en imágenes. "El niño quiere
estar ocupado en imágenes vívidas: este debe ser el primer principio educativo
para el comienzo de la edad escolar" (1), "El pensar del niño no
capta todavía lo intelectual" (2), "Por su naturaleza interior, el
niño rechaza inicialmente lo lógico, quiere tener algo pictórico" (3),
"En la edad en que el niño está preferentemente predispuesto a lo
artístico en la educación, no podemos educar al niño con conceptos abstractos
ni con representaciones en forma de ideas" (4), En la enseñanza de las
letras, números o valores que el niño debe aprender y adquirir, el educador
debe tenerlo en cuenta. Si se cuentan historias sobre las letras, éstas tocan
el alma del niño. Él recordará las letras porque la historia ha tocado su
sentir.
¿Qué son las "Historias pedagógicas"?
Con frecuencia he escuchado a padres quejarse de
que el niño no puede recordar una u otra letra. La madre o el padre ya le han
dicho varias veces que no se debe robar. También que uno no siempre puede ser
igual de justo como padre. Los niños se quejan de que es malo cuando el hermano
recibe más. Y con qué frecuencia se les menciona a los niños que los ataques de
ira no ayudan.
Los adultos de hoy en día apelan la mayoría de
veces al entendimiento y a la razón del niño. Pero eso no atañe a un niño. Para
el niño es como si, cuando tenemos hambre, sólo nos dieran un pedazo de pan
duro. Con estas explicaciones racionales hacemos que el niño se seque
anímicamente. "A través del intelecto el niño se vuelve vacío
interiormente" (7). El niño escucha nuestro discurso, pero no es tocado.
Nada o poco queda en su memoria. Y cuando es así, es como una frase memorizada
que no tiene conexión con los sentimientos. Lo
que hay que aprender pasa del sentimiento a la voluntad.
Las historias pedagógicas permiten al niño
experimentar una resonancia anímica con los temores, las preocupaciones, las
alegrías y las soluciones que los niños afectados desarrollan en las historias.
"¡Sí, eso también quiero hacer, sí, eso es bueno!"
Las historias pedagógicas dan al niño su impulso
propio para la acción. Eso es educación hacia la libertad. Ninguna explicación,
enseñanza, regaño, vergüenza o crítica desafía al niño a cambiar.
Por lo general, son los obstáculos cotidianos en
la vida de los niños los que son adecuados para revestirlos en un cuento.
Ordenar, compartir, crear el sentimiento de comunidad, quejarse al comer, la
posición en la fila de hermanos, prejuicios y otros. Todos estos temas son
familiares para los padres, los maestros del jardín de infancia y maestros.
Hay niños que se desbordan emocionalmente. ¿Qué
imagen puede llegar a su sentir? ¿Qué puede desbordarse? ¿Quizás una fragancia?
O como en el cuento de los hermanos Grimm "Gachas dulces", en el cual
no podían ser detenidas. ¿O el del ovillo de lana que viaja por el mundo? El
cuento "Confundido" (8), trata de un ovillo de lana de este tipo.
Parlotea incesantemente, se enreda, no se concentra y se pierde en el sentido
verdadero. de la palabra. ¿Cómo se lo puede detener y darle forma? Al final de
la historia es llevado al tejido. La forma de una pequeña alfombra provee el
soporte que necesita.
Con frecuencia veo nietos que no quieren comer
verduras. ¿Cómo puedo poner en imágenes el valor de los vegetales? ¿Cómo puedo
enseñar a los niños lo que significa que un pimiento sea cosechado y consumido
al final de su crecimiento? El experimentar la alegría de ser comido es su
único propósito de existencia en la tierra.
Fragmento del cuento: "¡Eso no me gusta.
Aj!" (8)
“...Éste es también el caso del pimiento amarillo
que ha crecido en la cama a la derecha del pimiento verde en la parte de
adelante. Sueña con que el jardinero lo descubra. Esperemos que venga pronto y
le diga: "Tú pimiento amarillo y fuerte ya estás maduro y muy bonito. ¡Hoy
te cosecharé! Pero él tiene que ser paciente. Muchas otras verduras a su alrededor
ya han sido cosechadas. ¿Por qué él todavía no? Él lo está esperando con
ansias.
¿Tal vez algo no anda bien con él?
¿No reluce lo suficiente?
¿No ha crecido lo suficiente?
¡Ah,
ojalá no haya pasado desapercibido por estar debajo de sus hojas!
¡Él también quiere que lo miren y lo admiren!
Quiere de todas maneras estar exhibido en el
puesto de verduras y ser sacado por una mano amorosa y colocado en la
bolsa"...
Cada día espera a ser cosechado. Su ansiedad
crece. Los niños pueden experimentar lo que se siente ser una fruta cuando
madura y lo que más desea. Finalmente es cosechada y comprada por una mujer y
preparada con amor en casa. ¿Pero qué le pasará allí?
“... ¿Qué es lo que oye el pimiento en vez de
eso?
¡Eso no me gusta! ¡Aj!
¡Qué asco! ¡Pimiento!
¡Verduras! ¡No me gustan!"
El pimiento se contrae.
Es como si recibiera una gran bofetada en la
cara!"....
Aquí, los niños tienen la oportunidad de
experimentar lo que significa su rechazo para el pimiento. El pimiento
representa la comida, que yo como niño, trato irrespetuosamente.
Entonces viene el desenlace. El pimentón triste
es redimido... Escucha la voz de la madre que habla con el niño:
Ni siquiera lo has probado todavía. Mira, coge un
pedacito de pimiento amarillo relleno con salsa de tomate de mi plato. ¿Sabes?,
es un pimiento especialmente hermoso. Inténtalo una vez. Quizás te guste
después de todo.
¡Sí! Bien, el pimiento oye la voz de un niño.
E inmediatamente después:
¡Mmmmhhhhh!
¡Esto sabe muy bien! El pimentón junto con la
carne molida, ¡es maravilloso! ¿Me puedes servir más?
Y una voz profunda y cálida, la del abuelo,
vocifera:
¡Pero eso es delicioso!
¡Los pimientos amarillos y sus hermanos están muy
contentos!
Han crecido sólo para eso.
¡Para hacer felices a las personas, para darles
vitalidad y fortalecerlas!
El pimiento amarillo ha alcanzado su destino.”
(8)
Las historias pedagógicas no hacen efecto de
inmediato como una medicina. El niño no cambiará inmediatamente su
comportamiento. Pero las imágenes de estas historias quedarán impresas en el
corazón. Yo quedé encantada con la leyenda de San Martín. Sin embargo, el
compartir con mis hermanos fue difícil y no siempre logrado. La imagen de San
Martín, quien entrega la mitad de su abrigo al mendigo, dura toda la vida y
sigue siendo una orientación que actúa en silencio.
Cree historias libres para que sus
hijos se adapten a su entorno y a su
cultura.
Traducción: Angel Chiok
Margarete Jaeckel, nacida en 1954, crece como
la menor de siete hermanos. Estudios de pedagogía con título de pedagoga.
Ha trabajado como profesora de jardín de infancia, terapeuta del habla
independiente, profesora Waldorf y mentora. Actualmente cuida a siete nietos,
refugiados y escribe libros para niños.
** Artículo publicado originalmente en
Waldorf Resources (http://www.waldorf-resources.org/es/art/anzeige-spanisch/archive/2019/11/20/article/the-yellow-pepper-or-what-are-pedagogical-stories-all-about/8a95c504aae6f6171139e1855b76ae3a/)