Indudable, los últimos tres años en el mundo entero nos han mostrado que muchos de nuestros parámetros culturales, sociales y económicos no eran lo sólido e inamovible que creíamos. La educación de niños y de jóvenes había venido siendo diseñada en el último siglo con base en un modelo que mostró su agotamiento y que nos lleva a encontrar una “nueva realidad”. Aquí, cabe preguntarse si la escuela de hoy día, las pedagogías disponibles, pueden seguir siendo el modelo a seguir para un mundo cambiante y transformado, ya que -parafraseando a Albert Einstein-, “si quieres obtener resultados diferentes, no puedes seguir haciendo lo mismo ni seguir por el mismo camino”.
En este sentido, la Pedagogía Waldorf-Steiner cobra relevancia trascendente en el contexto de la oferta educativa internacional, ya que es un modelo que no se basa en la reproducción de los conocimientos prevalecientes -siempre cambiantes, según la propia ciencia- sino en el encuentro sensible y a la vez pensante del ser humano con la realidad que se le presenta, buscando caminos nuevos, alternos para beneficio individual y social. ¿Cómo se logra ello? De entrada, concibiendo al ser humano con un cuerpo físico, uno energético (de vida), uno de emociones (anímico) y uno espiritual. Al observar así al niño y al joven en desarrollo, la metodología y la didáctica específicas de la Pedagogía Waldorf se basa en la observación aguda y científica de sus etapas evolutivas, ofreciéndole las vivencias, los elementos artísticos, los contenidos académicos y el acompañamiento consciente de parte del adulto, para que su etapa escolar se integre como una verdadera formación para la vida.
Los niños y los jóvenes de hoy van a enfrentar retos que para las generaciones anteriores resultaban impensables. Estos retos tendrán que ver con lo económico, lo social, lo cultural en todos sus aspectos; también, en lo individual deberán encontrarse nuevas formas de desarrollo que permitan su florecimiento completo y su adecuación a las necesidades de su momento. Con pedagogías y enseñanza basada en conceptos, es evidente que no dotaremos a los estudiantes de estos elementos. En la Pedagogía Waldorf, la enseñanza diaria está basada en vivencias, en descubrimientos, en diálogos sobre los temas, en voluntad creativa… El maestro de grupo busca convertirse en un modelo digno de ser seguido, no sólo en lo académico, sino lo más importante, en su propia vida, transformándose día a día hacia una mejor versión de si mismo, con mejores actitudes humanas y valores, con curiosidad científica que reconoce el valor espiritual en todo lo que integra y rodea al ser humano.
Ciertamente, la Waldorf es una pedagogía que inicia hacia 1910 -en Alemania- y podría pensarse que, por ello, sus planteamientos ya no corresponden a nuestra era del siglo XXI. Sin embargo, en su propia estructura lleva las semillas de la transformación constante, de la actualización, de la búsqueda y del entendimiento profundo del mundo en que vivimos y nos desarrollamos. La formación de los maestros es un proceso constante de metamorfosis de sí mismos, mostrando con hechos a los niños y a los jóvenes que los seres humanos podemos desarrollarnos de una manera integral, ecológica -en lo físico y en lo social- y pensante, y que si hoy lo ven en ellos, cuando sean adultos podrán hacerlo así y mucho mejor de como lo han vivido en su etapa escolar.
¿Qué es educación integral para la Pedagogía Waldorf? Incluir en la formación de niños y jóvenes las ciencias -desde lo vivencial y alejados de conceptos-, lo artístico -en la mirada, en el hacer-, lo individual y lo social, lo humanista y la percepción de que nuestro mundo es bueno, es bello y es un lugar certero para desarrollarnos. Es unir corazón, manos y mente en un proceso formativo que toma en cuenta de manera fundamental que cada nueva vivencia y conocimiento debe presentarse a tiempo -ni antes ni después-, para que germine en la vida adulta de quienes son hoy nuestros alumnos.
En concreto, la currícula Waldorf incluye todos los elementos base de cualquier otra pedagogía. A ello, se le suman elementos que hoy día solamente en este ámbito se ofrecen, como es el desarrollo artístico-musical, el desarrollo estético del lenguaje, el trabajo de la voluntad y el vivir dentro de ritmos predecibles que ayudan y fomentan la salud mental, emocional y física de las personas. Sin embargo, esta currícula es presentada a los alumnos con base en el estudio antropológico de la verdadera evolución individual del ser humano, a lo que se suma la observación amorosa y detalla por parte de los maestros, para ir entretejiendo el avance curricular con el desarrollo del niño y del joven. Es, en realidad, una pedagogía que trabaja de manera individualizada con cada alumno, pero que a la vez construye en lo social su integración, reconociendo habilidades y destrezas, así como necesidades específicas. Los valores de la Pedagogía Waldorf incluyen el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la responsabilidad, el cultivo de la voluntad y gozo por la vida. En la Pedagogía Waldorf -en todos sus niveles, desde Nido hasta Preparatoria-, se pone énfasis en el juego y la vivencia, en el contacto con la naturaleza y lo natural, en el buen sentido del humor, en la convivencia y el reconocimiento a la vida en lo personal y en los otros. Se potencia la creatividad como motor de aprendizaje, se evita la competitividad y se busca un desarrollo integral del ser humano, de cara a su futuro. ¿Qué mejor formación podemos dar a nuestros hijos hoy día?
Por Arturo Cervantes / Fundador y Director de “Waldorf Los Caracoles”
Hay en el mundo entero más de tres mil escuelas e iniciativas Waldorf-Steiner de Jardín de Infancia, Primaria, Secundaria y Preparatoria, así como muchas más iniciativas en camino de formalizarse, con base en los centros y procesos de formación formales ya establecidos (https://www.steinerwaldorf.world/es/ ). En México ya existe la Asociación Mexicana de Escuelas Waldorf-Steiner, que integra a las instituciones formales con un mínimo de tres años de operaciones, con base y sustento legal y con formación de sus maestros (https://escuelaswaldorf.org/ )
La educación Waldorf es reconocida por la UNESCO como escuela para la paz (https://en.unesco.org/datasets/non-governmental-organizations/friends-waldorf-education-rudolf-steiner-schools ), así como los estudiantes Waldorf son recibidos de manera preferente en universidades escandinavas -incluida Finlandia- y alemanas (https://waldorfalbacete.org/pedagogia-waldorf/referencias-internacionales-y-beneficios-de-la-pedagogia-waldorf ).